Hoy he tenido un sueño

Hoy he tenido un sueño, un sueño en el que había una fiesta donde estaban todas mis amigas, mi primer novio, todos los clientes que he tenido hasta ahora en la webcam porno, todas las otras chicas que trabajan en mi misma empresa y mi nuevo novio, Joaquín.

En ese sueño estábamos todos en una gran terraza con una piscina olímpica bajo un sol abrasador. Todos empezábamos a beber y después comenzábamos a quitarnos los bañadores y bikinis para luego continuar garchando todos con todos en una gran orgía.

Pero de pronto vi a mi nuevo novio parado, sin hacer nada, mirándome pero no con lujuria sino con una mezcla de odio y vergüenza mientras Paola y mi último cliente, me lamían los pezones. Yo me sentía tan húmeda que ignoraba la extraña reacción de Joaquín para sumirme en el mayor de los placeres. ¡Eso era más placentero!

Recuerdo que Paola trajo una silla y mandó sentar a mi antiguo cliente. No se lo dijo, ni le señaló el asiento, simplemente le empezó a tocar su tula y le obligó a dar pasitos hacia atrás hasta que él se tuvo que sentar. Yo me puse de pié frente a él, levantando una pierna hasta poner el talón sobre su hombro para después dejar que me comiera mi porotin mientras Paola me lamía por detrás.

Después se me acercó otra webcam girl, una compañera de trabajo que había visto por fotos que se llamaba Casandra. Con la melena rubia, larga y ondulada, pechos de silicona y ojos verde esmeralda. Me comenzó a besar el cuello. Después me senté sobre mi cliente, saque su pequeña y dura tula y, dentro de mi sueño, me lo empecé a tirar. A continuación, Casandra sacó un consolador y me lo comenzó a meter por el culo mientras Paola me acariciaba mis gomas desde detrás.

Yo gemía como una perra, jamás había sentido nada igual, sentía cómo me penetraban por mis dos agujeritos. Levanté la mirada y volví a ver a Joaquín, serio, de brazos cruzados, mirándome de forma rara. Yo me lamí el labio y le grité:

— ¡Tráeme tu pico! ¡Pon tu leche en mi boca, Joaquín!

Pero él no se quiso mover. Había un aura maligna a su alrededor, el ceño lo tenía fruncido, ¡no estaba de humor! ¿Cómo era eso posible? ¡Era una fiesta! ¡Todos estaban garchando! ¡Podía tirarse a cualquiera de las chicas webcam! Pero aún sí, ¡nada! En mi sueño, él estaba molesto, enfadado.

Dos chicas salieron del agua cerca de él. Tenían la piel muy bronceada, tersa y suave. Ambas estaban desnudas y el agua corría por sus cuerpos. Sus cabellos estaban empapados y sus cuerpos completamente depilados. Se acercaron a él, pero Joaquín no se movía, ni pestañeaba. Comenzaron a besarse delante ante sus ojos y, después, comenzaron a acariciársela… Pero su tula no se ponía dura. Él permanecía impasible…

En ese momento Casandra me dio un azote y me metió con más fuerza el vibrador por mi poto. Gemí, me estremecí de placer y alcé mi cuello al cielo. Mi cliente estaba gozando como un loco mientras yo subía y bajaba mí cadera. Estaba a punto de correrme. Sentía cómo me penetraban por los dos agujeros a la vez, ¡era increíble! Casandra aceleró, Paola me lamía los pechos y me acariciaba mi porotin, mi cliente de webcam porno mantenía su pico duro y yo jadeaba, gemía, gritaba… ¡Estaba a punto de correrme! ¡¡A puntito!!

Y justo cuando iba a explotar de placer todo se volvió oscuro. Como si hubiera llegado una tormenta de nieve y un frente frío. Todo se tornó triste y sin vida, todo el mundo desapareció y me quedé allí sola. Y, de pronto, me encontré a Joaquín enfrente de mí, diciéndome que no le gustaba lo que hacía. Fastidiándome mi orgasmo, ¡mi orgía! ¡Y obligándome a despertar!

— ¡¡¡AAAHHH!!!

Grito al despertarme y me incorporo. Estoy desnuda sobre mi cama que está empapada en sudor. Paola se acerca a mí y me comienza a decir que me relaje, que me tranquilice y que todo ha sido un sueño, nada era real… ¡Ya me hubiera gustado a mí que fuera real! ¡Pero no lo fue, Joaquín ha estropeado mi caliente sueño!

Mi pecho sube y baja con fuerza, estoy molesta por no haber podido continuar con eso que tanto me excitaba. Pasa un largo minuto hasta que borro mi frustración de mi rostro y, después, me giro y la miro. Le doy un beso a mi amiga y la sonrío, nos tumbamos en la cama y le empiezo a decir:

— Tienes razón.

— ¿Sobre qué? —me pregunta ella.

— Esto. Lo que hemos hecho esta tarde participando en el show de la webcam porno juntas delante del señor mayor de pelo blanco… Se lo tengo que contar a Joaquín.

— ¿Contar…? ¿Contarle todo?

— No, sólo le tantearé un poco para ver qué opina sobre la fidelidad y cosas así, porque a mí me gusta mi vida y si dejo que entre alguien en ella, no quiero que nada cambie. Si resulta que es de esos que no quieren compartir a su chica… que es muy celoso y que sólo me quiere para él, no tendremos futuro.

— ¿Y por qué no le pones un reto?

— ¿Un reto?

— Sí, tú quieres saber si le importará que tengas sexo con otras personas o te dediques a hacer webcam porno. Así que, ¿por qué no le propones un reto a ver cómo reacciona?

— Ummm, ¿un reto? Creo que… Creo que es buena idea.

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